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El cálculo de las necesidades hídricas puede ser aún más exhaustivo y preciso según el cultivo, su estado fenológico, las condiciones meteorológicas o el tipo de suelo, por ejemplo. Compañías como Greenfield Technologies logran calcular de forma periódica y automática la evapotranspiración de un cultivo y emitir recomendaciones de riego a cinco días vista para lograr la máxima precisión.

Luis García-Margallo, director de Desarrollo de Negocio de Greenfield, explica que su modelo lo tienen ya instaurado para tomate, alfalfa, olivar, almendro, frutal, pistacho y cítricos. Analizan datos como las variedades, marcos de plantación, sistemas de riego, información climática (estaciones meteorológicas, aplicaciones climáticas…), características del suelo (velocidad de infiltración…) y también realizan vuelos de dron si fuese necesario para seguir tomando datos y conocer la evolución del cultivo.

El objetivo es calcular la evapotranspiración real a partir de la Kc (coeficiente de desarrollo del cultivo) y la ETo (evapotranspiración de referencia). El dato siempre hay que ajustarlo, especifica García-Margallo: “La Kc del cultivo la obtenemos de la FAO 56, pero para ser lo más preciso posible es importante ajustar esta Kc conforme a su estado fenológico. Este tipo de ajuste podemos realizarlo en campo y a través de imágenes satelitales o de dron, midiendo el volumen de copa o anchura de cultivo en el caso de las hortícolas”.

“Todos estos cálculos podrían ser llevados a cabo por cualquier agricultor, pero son procesos bastantes arduos y costosos para realizarlos cada semana periódicamente en plena campaña y se requieren conocimientos en diversas materias transversales a la agricultura, como puede ser la estadística, la física o, incluso, el conocimiento en lenguajes de programación para la automatización de los procesos”, afirma García-Margallo.

analisis de datos para un cultivo mas productivo